El Señor está a tu lado como tu sombra protectora.
El sol no te hará daño durante el día,
ni la luna durante la noche.
El Señor te libra de todo mal
y cuida tu vida.
El Señor te protege al entrar y al salir,
ahora y para siempre.
Salmos 121:6-8 NTV
*
Cuidar
Del ant. coidar, y este del lat. cogitāre 'pensar'.
1. tr. Poner diligencia, atención y solicitud en la ejecución de algo.
2. tr. Asistir, guardar, conservar.
4. Mirar por la propia salud...
5. Vivir con advertencia respecto de algo.
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Generosidad en la ingesta de agua.
Zumos de fruta en abundancia.
Comidas de verduras.
Ropa ligera.
Exponerse al sol con cautela.
Sombrero, sombrilla, bloqueador solar.
Todo eso y mucho más ella lo ha cumplido fielmente.
Su piel blanca, su pelo claro, su mirada ¡ah! - ¿cómo no fijarse en esa maravilla fuera de lo común?-, un ojo verde y el otro amarillo, todo el conjunto la fragiliza frente a la ola de calor.
Me siento a esperar en el Hospital, área dermatológica, junto a un número considerable de pacientes.
Frente a mí la rubia de ojos extraordinarios.
Conoce todos los vericuetos del Hospital, la línea blanca, la roja, la verde que conduce a diversos departamentos; conoce al dedillo las enfermeras, los doctores, los visitadores médicos.
-Han experimentado en mi piel, cuenta, como con un conejillo. Y todavía no saben cuál es mi mal. Todas las semanas me controlo para que este mal no avance. Personalmente he llegado a la conclusión que el sol no es mi amigo.
Hace un guiño a modo de sonrisa y se descubre el brazo repleto de manchas rojas y unas redondas cicatrices como quemaduras de cigarro.
No hay vergüenza en aquel lugar.
Todos somos pacientes sometidos a la esperanza de la sanidad completa, comprometidos con el futuro cuando la última cita se cumpla y el especialista nos felicite extendiendo el “carnet de alta”.
Al momento de la despedida me lanza una recomendación: no te expongas al sol y al calor, vive lo más sano que puedas, bebe harta agua y alégrate que solo es una alergia temporal.
Dios te cuida, la animo. Confía en el poder y la misericordia de Dios.
-Que así sea, me responde con una sonrisa tan luminosa como sus ojos.
Dios te cuida, nadie es más eficaz en guardar tu vida.
*
Y una bella canción.
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