lunes, 12 de septiembre de 2022

Bailar es un buen ejercicio.

(SEÑOR) 
Entonces tú cambiaste mi tristeza en baile. 
Me quitaste el luto y me vestiste de alegría. 
Salmos 30:11 PDT 
Bailar 
Quizá del lat. tardío ballāre, y este del gr. πάλλειν pállein 'agitar', 'bailar'. 
DLE
1. Ejecutar movimientos acompasados con el cuerpo, brazos y pies. 
2. Dicho de una cosa: Moverse sin salir de un espacio determinado. 
3. Dicho de una cosa: Girar rápidamente en torno de su eje manteniéndose en equilibrio sobre un extremo de él, como hacen la peonza, la perinola, etc. 
Si de bailar  se trata me confieso neófita total. 
Y cueca chilena, ni hablar.

Mover pañuelo y piernas al mismo tiempo es un ejercicio que me ha sido vedado;  el pañuelo está remolineando y los pies tiesos o viceversa. 

Después de varios cursos me he rendido a la evidencia que la coordinación para bailar no es –por lejos- una cualidad disponible para fiestas patrias (u otras).  

La terapeuta de ejercicios físicos afirma que Dios nos ha dotado con muchas habilidades, claro que sí. Puedo disfrutar las fiestas mirando cómo bailan mis congéneres con tanta gracia y elegancia. 

Dios nos anima al gozo, aun en las peores circunstancias; el baile es un gran ejercicio para mantener a raya el cortisol y de pasada alegrar el alma.
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En contexto:

Una nota sobre la cueca.
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Otra entrada, la danza.




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