Pero no queremos, hermanos, que ignoren acerca de los que duermen, para que no se entristezcan como lo hacen los demás que no tienen esperanza.
1 Tesalonicenses 4:13
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He asistido a funerales diversos, tal vez tú también.
Niños, jóvenes, ancianos, mi madre.
Todos tenían esto en común, estaban “dormidos” en su último sueño.
A menudo la Palabra de Dios se refiere a la muerte como dormir.
El Señor Jesucristo dijo de su amigo Lázaro, “Nuestro amigo Lázaro duerme; mas voy para despertarle.” (Juan 11: 11)
Cierta vez una persona me preguntó: ¿Usted sabe adónde van los muertos?
No sé si quería polemizar con alguna teoría o estaba sinceramente preocupado de su vida futura.
Ignorar adónde van los que mueren entristece a las personas.
Tener la certeza de lo que Dios dice causa tranquilidad y esperanza.
Es por esa razón que los funerales evangélicos son gozosos, cantados y con un ambiente de paz, exentos de las escenas desgarradoras de la separación.
Sabemos que la muerte es transitoria y que las personas amadas están en un lugar mejor -mucho mejor-que este presente.
Sabemos.
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Audio lectura de hoy:
1 Tesalonicenses cap. 4
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