Lo harás de la siguiente manera:
cada acreedor perdonará a su prójimo el préstamo que le haya hecho.
Ya no exigirá a su prójimo o hermano el pago de la deuda, porque se habrá proclamado el año del perdón de las deudas en honor del Señor.
Podrás exigirle el pago de sus deudas al extranjero, pero a tu hermano perdonarás cualquier deuda que tenga contigo.
Entre ustedes no deberá haber pobres, porque el Señor tu Dios te colmará de bendiciones en la tierra que él mismo te da para que la poseas como herencia.
Y así será, siempre y cuando obedezcas al Señor tu Dios y cumplas fielmente todos estos mandamientos que hoy te ordeno.
Deuteronomio 15:1-5 NVI
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El orden de Dios es bastante distinto al orden del mundo moderno, en especial las finanzas.
Si observas con minuciosidad el Deuteronomio, si escuchas con atención podrás entender la justicia que el Señor desea de sus devotos.
Una justicia que va más allá de las leyes humanas o de la ética.
¿Es posible el perdón de las deudas financieras?
Nuestras sociedades persiguen al deudor hasta después de muerto.
¿Es eso sano?
La gran parábola del evangelio de Mateo 18 es una gran ilustración de este principio.
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