Que nuestros hijos, en su juventud,
crezcan como plantas frondosas;
que sean nuestras hijas
como columnas esculpidas
para adornar un palacio.
Que nuestros graneros
se llenen
con provisiones de toda especie.
Que nuestros rebaños aumenten por millares,
por decenas de millares en nuestros campos.
Que nuestros bueyes arrastren cargas pesadas;
que no haya brechas ni salidas,
ni gritos de angustia en nuestras calles.
¡Dichoso el pueblo que recibe todo esto!
¡Dichoso el pueblo cuyo Dios es el Señor!
Salmos 144:12-15 NVI-CST
*
Ruego a Dios que nuestras naciones lleguen a conocer la prosperidad que viene de reconocer a Dios como el proveedor de todo bien.
*
*
No hay comentarios:
Publicar un comentario