Lucas 9:2 TLA
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La Organización Mundial de la Salud decidió llamar COVID-19 a la enfermedad causada por el coronavirus (acrónimo del inglés coronavirus disease, al que se añade el 19 por el año en el que se conoció el primer caso).
La denominación adoptada por la OMS se escribe en mayúscula y con un guion antes de los dos dígitos, en línea con códigos similares recogidos en la Clasificación Internacional de Enfermedades (ICD, por sus siglas en inglés).
Fuente:https://www.fundeu.es/
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No tuvo síntomas.
No dejó de percibir los olores.
Ni perdió el apetito.
Ni una leve fiebre.
Pero la entubaron al borde de la muerte, con el aliento ínfimo dosificando los pulmones invadidos de covid-19.
Era la cúspide de la pandemia; apenas una cama en un pasillo, hospitales colapsados, personal de salud en crisis luchando minuto a minuto con un virus invisible y letal, una marea de muertos acosaba su fragilidad.
Confinados al hogar, oramos con intensidad rogando que el Dios de misericordia detuviera la mortandad.
Era marzo 2020.
En marzo 2022, Juana se yergue en el púlpito de una pequeña iglesia santiaguina y canta.
Su voz invade el barrio, roza los árboles, destruye dudas, afirma la fe en Dios.
Sobreviviente, dice, eso es lo que soy.
Tres veces al borde del precipicio, tres veces la muerte alargó su mano para extraer su aliento, tres veces le fue negado el acceso para tomar la vida de Juanita.
Esa es la Gracia de Dios.
La Gracia que te salva.
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Fotografía tomada de Unicef