La verdadera riqueza proviene de la bendición del Señor,
hay descanso y alegría al saber que todo viene de Él.
Proverbios 10:22 (paráfrasis)
Ella entró a nuestra casa.
Estaba maravillada, es un palacio, me dijo.
¿Palacio?, para mí era una pequeña vivienda de clase media con una decoración de baja inversión.
El enfoque de sus ojos era muy distinto al mío.
Ella vivía en una choza que se goteaba entera en invierno, sin estufa, un brasero para cocinar, sin agua potable. A su mirada nuestra cocina a gas era una auténtica maravilla.
Cuánto tienes es solo una fórmula matemática.
Habrá quién tenga más y habrá quién tenga menos.
Hay en Internet mil y una fórmulas para hacerte rico, millonario o por lo menos subir de estatus con una cuenta corriente con algunos ceros a la derecha.
Esta es una idea, ser rico o pobre está en los paradigmas sociales que nos han invadido, lo mismo que los cánones de belleza o de inteligencia.
La verdadera riqueza es lo que tienes y lo que eres.
Solo la asombrosa visión para leer estas palabras es la más grande de las maravillas.
Puedes ver y leer.
Empieza a contar tu fortuna, eres amado, tienes cada día alimento, respiras, caminas y mil habilidades que dispones sin siquiera pensarlo.
Hay tanto por saber de nosotros mismos, el que nos creó nos mira todos los días y para Él somos "buenos en gran manera"; somos más que millonarios, somos sus hijos.
“…y cuál la supereminente grandeza de su poder para con nosotros, los que creemos, según la acción de su fuerza poderosa, la cual operó en Cristo, y lo resucitó de entre los muertos” (Efesios 1:19-20)
Si además de eso quieres tener dinero te dejo estas páginas con unos buenos consejos, sin perder de vista que, si la bendición del Señor está sobre ti, serás próspero integralmente:
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