martes, 3 de agosto de 2021

El poder de las palabras.


Si una persona lisiada 
no puede confiar en sus piernas, 
menos se puede confiar en las palabras de un necio. 

Tan inútil como atar una piedra en la honda 
 es alabar a una persona insensata. 

 Las declaraciones de un necio 
lastimarán a otros como un bisturí 
 empuñado por un ebrio. 


 Proverbios 26:7-9 (paráfrasis)

Las palabras son poderosas, ellas definen, explican y crean realidades.
Se nos ha dotado con este poder desde que nacemos; desde pequeños entendemos que el lenguaje bien usado hará realidad nuestros deseos o provocará sentimientos en los otros. Un bebé repetirá hasta el cansancio mamá o papá para obtener una sonrisa. 

Poderosas y peligrosas, nos asegura el proverbista. 
Como se construyen mundos se pueden destruir con unas pocas palabras.
Gobernantes, políticos, dirigentes, líderes, todos saben cuánto efecto pueden otorgarle a un discurso y qué resultado lograrán si usan los términos que el oyente desea. 
El Señor Jesucristo nos promete que: 
«Si ustedes permanecen en mi palabra, serán verdaderamente mis discípulos;  y conocerán la verdad, y la verdad los hará libres.»  (Juan 8:31-32)

#usabienlaPalabra
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