Crear.
Hacer nacer dar principio a algo, producir algo, fundar.
Este verbo tiene un significado teológico muy profundo, puesto que su único sujeto es Dios. Solo Él puede «crear» en el amplio sentido de la palabra.
Este verbo expresa creación de la nada (ex nihilo), una idea que se percibe a través de toda la Escritura sagrada.
«En el principio creó Dios los cielos y la tierra» Génesis 1:1
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Contexto:
«Porque así ha dicho el SEÑOR —el que ha creado los cielos, él es Dios; el que formó la tierra y la hizo, él la estableció; no la creó para que estuviera vacía, sino que la formó para que fuera habitada—: “Yo soy el SEÑOR, y no hay otro».
Isaías 45:18 RVA-2015
¿Fueron seis días literales de la creación?
¿Fueron épocas o millones de años?
No es el propósito de esta reflexión. Solo nos apegaremos al texto: "creó Dios".
A partir de ahí podemos inspirarnos a observar nuestra existencia de manera más profunda y recordar que nuestras vidas, nuestras experiencias y todo lo que vemos tiene un origen.
La maravillosa creación nos invita a preguntar sobre el propósito, el significado y nuestra relación con el mundo y el cosmos.
Reconocer que somos sus criaturas es el primer acercamiento y no hay duda que Dios verá esa predisposición.
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Un poema:
Tú creaste mis entrañas;
me formaste en el vientre de mi madre.
¡Te alabo porque soy una creación admirable!
¡Tus obras son maravillosas
y esto lo sé muy bien!
(Salmos 139:13-14
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Audiolectura de ayer:
Génesis capítulo Uno.
Génesis capítulo Uno.
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Profundizando:
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Si deseas iniciar un estudio de Génesis, esta es una excelente página:
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Audio lectura de hoy:
Génesis capítulos 1 y 2