Entonces la palabra del Señor vino a Elías el tisbita y le dio este mensaje:
«¿Has notado cómo Acab se ha humillado ante mí?
Por cuanto se ha humillado, no enviaré esta desgracia mientras él viva, sino que la enviaré a su familia durante el reinado de su hijo».
1 Reyes 21:28 NVI
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Cuando escuchamos la historia de alguien malo (de maldad absoluta, que no será tanto), tenemos esta impresión, nunca podrá arrepentirse.
Pero nuestra comprensión del alma humana dista de ser muy amplia, el personaje más perverso e "irremediablemente roto" (como dice cierta doctora), tiene en el fondo una pizca de poder para volverse y darse cuenta su condición frente a Dios o a su prójimo.
El rey Acab era re' malo y su esposa Jezabel, peor.
Él tuvo una brizna de comprensión acerca de ese acto deleznable que había ocurrido (vea 1 Reyes 21) y del cual era protagonista junto a su esposa.
Pensando en la pregunta que se plantea ¿puede un malvado arrepentirse?
La respuesta es sí. Y también no.
Lo observamos en Acab y Jezabel. Él se arrepintió, ella no.
El acto de arrepentimiento genuino es una oportunidad que Dios da a toda persona.
Si hay arrepentimiento también habrá perdón, qué duda cabe.
«Sal de aquí hacia el oriente y escóndete en el arroyo de Querit, al este del Jordán. 4 Beberás agua del arroyo y yo ordenaré a los cuervos que te den de comer allí».
5 Así que Elías se fue al arroyo de Querit, al este del Jordán, y allí permaneció, conforme a la palabra del Señor. 6 Por la mañana y por la tarde los cuervos le llevaban pan y carne, y bebía agua del arroyo.
1 Reyes 17:2-6
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El profeta Elías aparece sin antecedentes previos, pero con un potente mensaje contra la idolatría generalizada en la nación.
Una sequía azotaría todo el país.
Tres años y medio sin lluvia ni rocío.
Y un llamado al arrepentimiento para volverse a Dios.
Enfrentamientos de poder con profetas paganos.
Tan intempestivamente como aparece , desaparece.
Y la pregunta que resuena en el clamor de su discípulo Eliseo, por todas las edades:
"...entonces golpeó el agua con el manto y exclamó:
«¿Dónde está el Señor, el Dios de Elías?».
En cuanto golpeó el agua, el río se partió en dos y Eliseo cruzó." 2 Reyes 2:14
Cuando los israelitas se enteraron de que Jeroboán había regresado, mandaron a llamarlo para que se presentara ante la asamblea y lo proclamaron rey de todo Israel. No hubo quien se mantuviera leal a la familia de David, con la sola excepción de la tribu de Judá.
Ya que estás construyendo este templo, quiero decirte que, si andas según mis estatutos, y obedeces mis leyes y todos mis mandamientos, yo cumpliré por medio de ti la promesa que hice a tu padre David.
—Porque has demandado esto, y no pediste para ti muchos días, ni pediste para ti riquezas, ni pediste la vida de tus enemigos, sino que demandaste para ti inteligencia para oír juicio, 12 voy a obrar conforme a tus palabras: Te he dado un corazón sabio y entendido...
1 Reyes 3:11-12
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Pocas veces alguien te dirá "pide lo que quieras". ¿Qué pedirías?
¿Un millón de dólares? ¿Larga vida? ¿Vivir en paz? ¿Solucionar el hambre mundial? ¿Terminar con las guerras?
¿Qué?
Salomón estaba claro en su papel de rey recién estrenado.
Sabiduría, comprensión de las situaciones y discernir entre lo bueno y lo malo.
Sencillo, efectivo y práctico.
Todo anduvo bien hasta que se asesoró por sus muchas esposas.
Entonces el rey David mandó este mensaje a los sacerdotes Sadoc y Abiatar:
Hablen con los jefes de Judá y díganles: “El rey se ha enterado de lo que se habla por todo Israel. ¿Serán ustedes los últimos en pedirme a mí, el rey, que regrese a mi palacio?"
2 Samuel 19:11
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"Yo me acuesto,
me duermo y vuelvo a despertar,
porque el Señor me sostiene.
No me asustan
los miles de escuadrones
que me acosan por doquier."
Salmos 3
El rey David escribe este Salmo en medio de esos días tristes cuando huía de su hijo Absalón.
Su confianza es plena en la protección y el favor del Señor.
Después de algún tiempo y muerto Absalón en batalla, David regresa a su hogar y a dirigir la nación.
Si bien es cierto que la defensa armada contribuyó a restablecer la paz, también mucho de ello se debe a la diplomacia que se aprende con los años.
Conversar siempre es la mejor opción para terminar conflictos.
Si cuento con el favor del Señor, él hará que yo regrese y vuelva a ver el arca y el lugar donde él reside. Pero si él me hace saber que no le agrado, quedo a su merced y puede hacer conmigo lo que mejor le parezca.
2 Samuel 15:25
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¡Qué esencial es la actitud en los momentos complejos!
Y este es uno de los más difíciles en la vida del rey David.
Su hijo, aquel que engendró, al que educó y le dio un linaje se ha rebelado y ha conspirado para usurparle el gobierno.
¿Hay algún dolor más intenso que tu propio hijo se transforme en tu enemigo?
En cuanto dijeron al rey David que por causa del arca el Señor había bendecido a la familia de Obed Edom y toda su hacienda, David fue a la casa de Obed Edom y, en medio de gran algarabía, trasladó el arca de Dios a la Ciudad de David.
2 Samuel 6:12
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Si el tabernáculo era el centro de la vida de fe del pueblo, el arca era el corazón desde donde se movía el poder de Dios.
No solo poder para grandes hazañas, sino para vivir cada día en una tierra en permanente cambio.
El arca simboliza su historia, las promesas, los pactos, la preservación de una nación a través de las edades, la presencia palpable del Creador donde ellos estén.
El libro de Hebreos nos detalla para cada creyente de hoy un mejor camino:
“Pero nuestro Sumo Sacerdote ha recibido un ministerio mucho mejor, pues es mediador de un pacto mejor, establecido sobre mejores promesas.”
David compuso un canto fúnebre por Saúl y Jonatán, y ordenó que se lo enseñaran al pueblo de Judá. Es conocido como el Cántico del arco y está registrado en El libro de Jaser:
Del botín participan tanto los que se quedan cuidando el bagaje como los que van a la batalla.
Aquel día David estableció ese estatuto como ley en Israel, la cual sigue vigente hasta el día de hoy.
1 Samuel 30:24 NVI
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En un proyecto participan muchas personas que no son visibles.
Los que planifican, los que administran, los que oran, los que aportan con finanzas, los que sirven cientos de café en las reuniones, los que colocan papel e higiene en los baños, etc.
Cuando hay un éxito total, los que ejecutan y son visibles, a menudo, se llevan los honores.
En esta ocasión David nos muestra una amplia comprensión y establece que las ganancias y los aplausos serán compartidos, tanto por los que lucharon la batalla como por los que se quedaron a tareas menores.
Este es un principio de equidad que evitará injusticias y descontentos.
—Queda el más pequeño —respondió Isaí—, pero está cuidando el rebaño.
—Manda a buscarlo —insistió Samuel—, que no podemos continuar hasta que él llegue.
Isaí mandó a buscarlo y se lo trajeron.
Era buen mozo, pelirrojo y de buena presencia.
El Señor dijo a Samuel:
—Este es; levántate y úngelo.
Samuel tomó el cuerno de aceite y ungió al joven en presencia de sus hermanos.
Entonces el Espíritu del Señor vino con poder sobre David, y desde ese día estuvo con él.
Luego Samuel regresó a Ramá.
1 Samuel 16:11-13 NVI
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El rey elegido fue presa del estrés y la depresión.
Faltó a sus funciones y empezó una decadencia como gobernante.
Tal como Samuel había anticipado a la nación que " Y el día en que se quejen por causa del rey que hayan escogido, el Señor no les hará caso. Pero el pueblo, sin tomar en cuenta la advertencia de Samuel, respondió: —No importa. Queremos tener rey,"
Dios -que una y otra vez muestra su bondad- , elige un nuevo líder, esta vez un joven sencillo y valeroso.
Sin embargo pasaron varios años (por lo menos 15) para que David que llegara al trono.
También le daba mensajes en el santuario de Siló, y Samuel se los comunicaba a todo el pueblo.
Todo lo que Dios prometía por medio de Samuel, se cumplía.
1 Samuel 3:19-20 TLA *
Hay personas en las cuales se puede confiar.
Más aún, hay personas en las que Dios puede confiar.
Sin duda el profeta tenía ciertas cualidades que lo hacían cercano a la voz de Dios, entre ellas su nacimiento sobrenatural y la dedicación desde niño.
Sin embargo, eso no resta que el Señor pueda usar cualquier persona que tenga el sagrado compromiso de amar y servirle sin tantos ambages que nos impidan crecer.