A todo esto me he entregado de lleno,
tan sólo para descubrir que las obras
de buenos y de sabios están en las manos de Dios
Eclesiastés 9:1 DHH
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En un pueblo innombrable vive mi amiga H.
Estoy convencida que es un ángel en cuerpo de mujer y la observación no es porque sea hermosa, que sí lo es sin duda.
Más que bella, es extraordinaria.
Por su fuerza, su resistencia, su amor y su fe.
Ha cuidado a toda su familia, ha sido testigo de las enfermedades que sufrieron y los cuidó hasta su último aliento.
Ha sobrevivido a sus padres, a cuatro tías y ahí está, dispuesta a seguir cuidando enfermos.
Su frase favorita es: "Estamos en las manos de Dios".
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