Que, por medio de la fe, Dios ha hecho justos a los paganos, que no buscaban la justicia.
En cambio, los israelitas, que querían basar su justicia en la ley, no lo lograron.
¿Por qué?
Porque no se basaban en la fe, sino en sus propios hechos.
Por eso tropezaron con la «piedra de tropiezo» que se menciona en la Escritura:
«Yo pongo en Sión una roca,
una piedra con la cual tropezarán;
el que confíe en ella,
no quedará defraudado.»
Romanos 9:30-33 DHH
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Cierta vez tropecé en una baldosa saliente de una vereda.
Mi humanidad fue sacudida por una caída violenta y poco elegante.
Aparte del momento vergonzoso, mis rodillas adoloridas y las palmas de las manos magulladas, creo que fue un tropezón sin consecuencias a futuro.
Mis manos cicatrizaron, las rodillas recuperaron su movilidad y la vergüenza, bueno, ¿cuántos momentos como ese hemos debido archivar en los libros de la memoria?
A diferencia de mis caídas poco trascendentes, los israelitas (el pueblo de Dios) tuvieron un tropezón definitivo, fundamental y con tristes -más que tristes- consecuencias a futuro.
Una debacle.
Aquel pueblo heredero de las grandiosas promesas no pudo ver su día.
No pudo reconocer su Salvador.
Este capítulo 9 de Romanos es una elegía a la pérdida.
Te invito hoy a reflexionar en la bondad de Dios y su promesa de salvación. Él ha extendido su misericordia para todos.
"Pero ahora fuimos liberados de la ley, porque morimos a ella y ya no estamos presos de su poder. Ahora podemos servir a Dios, no según el antiguo modo—que consistía en obedecer la letra de la ley—sino mediante uno nuevo, el de vivir en el Espíritu."
Romanos 7:6 NTV
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Algunos definen la vida como un viaje.
El Señor la mostró como una siembra.
El apóstol Pablo nos la presenta como una lucha.
No solo una lucha espiritual global, sino una que sucede dentro de cada persona, definiendo sus conductas y consecuencias.
Cada día se elige cómo vivir.
En el capítulo 7 de Romanos, Pablo describe la lucha que tiene lugar en la vida del cristiano entre la naturaleza humana y el Espíritu.
Él habla de cómo, aunque la ley es santa y justa, el pecado encuentra una oportunidad en ella para producir todo tipo de malos deseos.
Mi amiga R. estaba cansada de sentirse atrapada en un ciclo de culpa y vergüenza.
Había tratado de seguir todas las reglas religiosas de su comunidad, pero siempre sentía que era insuficiente.
Cierto día, descubrió este verso, romanos 7:6 y algo le hizo click en su interior. Fue como si una luz se encendiera en su mente. Comprendió que la verdadera libertad no se encontraba en seguir reglas, sino en confiar en el sacrificio de Jesús y permitir que el Espíritu le guiara.
El apóstol ampliará estos conceptos más adelante:
“ AHORA pues, ninguna condenación hay para los que están en Cristo Jesús, los que no andan conforme á la carne, mas conforme al espíritu.” (8:1)
"Conoces la historia de cómo Adán nos metió en el dilema en el que estamos: primero el pecado, luego la muerte, y nadie está exento ni del pecado ni de la muerte.
Ese pecado perturbó las relaciones con Dios en todo y en todos, pero el alcance de la perturbación no quedó claro hasta que Dios se lo explicó detalladamente a Moisés.
Así que la muerte, ese enorme abismo que nos separa de Dios, dominó el paisaje desde Adán hasta Moisés.
Incluso aquellos que no pecaron precisamente como Adán, desobedeciendo un mandato específico de Dios, tuvieron que experimentar esta terminación de la vida, esta separación de Dios.
Pero Adán, que nos metió en esto, también señala a Aquel que nos sacará de ello.
Sin embargo, el don salvador no es exactamente paralelo al pecado que causa la muerte.
Si el pecado de un hombre puso a multitudes de personas en el abismo sin salida de la separación de Dios, ¡piensa en lo que hará el don de Dios derramado a través de un hombre, Jesucristo!
No hay comparación entre ese pecado mortal y este don generoso que da vida.
El veredicto sobre ese pecado fue la sentencia de muerte; el veredicto sobre los muchos pecados que siguieron fue esta maravillosa resolución de vida.
Si la muerte se impuso por la maldad de un hombre, ¿puedes imaginar la impresionante recuperación de la vida, la vida absoluta, en aquellos que toman con ambas manos este regalo de vida salvajemente extravagante, esta grandiosa puesta en orden de todo, que el único hombre, Jesucristo, proporciona?"
Te animo a leer y escuchar la Palabra de Dios en diferentes versiones para que tengas una amplitud de comprensión del texto. Invierte un poco más de tiempo para meditar y verás cuánto bien hace al alma.
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Consecuencia:
Hecho o acontecimiento que se sigue o resulta de otro.
Y ahora todos los que creen en él reciben ese don.
Porque en realidad no hay diferencia entre nosotros, pues todos hemos pecado y estamos separados de la gloria santa de Dios.
Pero, mediante su poderosa declaración de absolución, Dios regala gratuitamente su justicia.
Romanos 3:21-24 TPT
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“Para subir al cielo
Se necesita
Una escalera larga
Y otra chiquita”.
Así cantaban los antiguos versos expresando anhelos ancestrales de llegar al cielo por algún medio, algo de esfuerzo y algo de utopía.
Un camino humano que bien se sabe no alcanza el estándar.
Dios tenía expectativas cuando entregó un código de leyes que sirvieran para gobernar un pueblo y a través de esa nación todas las naciones.
Aquel conjunto de normas fueron –a través de los años- tornándose más en carga que en alegría de adorar a Dios.
Cada mandamiento, grande o pequeño, era un recordatorio de la maldad que habitaba en sus corazones. Un espejo que con nitidez mostraba el horror de los infames deseos ocultos en lo más recóndito.
Toda la humanidad –tú y yo- estaba separada, obstruida, alejada, destituida de la gloria de Dios, sin esperanza, condenada a una sórdida oscuridad.
Lo dice años antes otro que tuvo la comprensión cabal del pecado que nos asedia:
Pero te confesé mi pecado, y no te oculté mi maldad. Me dije: «Voy a confesar mis transgresiones al Señor», y tú perdonaste mi maldad y mi pecado.
Salmos 32:5 NVI
Y esa es la verdad, nadie está a la altura de lo que el Señor espera en términos humanos.
Sin embargo, aun en nuestro estado Dios nos ofrece a todos el mayor regalo, la vida.
Porque no me avergüenzo del evangelio, porque es poder de Dios para salvación a todo el que cree: al judío primeramente, y también al griego.
Porque en el evangelio está siendo revelada una justicia divina de fe a fe, como está escrito: El justo vivirá a base de fe.
Romanos 1:16-17 BTX
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Si el nacimiento del Señor marcó un antes y un después en la historia del mundo, 1517 marcó un antes y un después en la historia de la Iglesia.
Martín Lutero descubrió el libro de Romanos en una Biblia que encontró en la biblioteca de Whitemberg.
Profundamente insatisfecho con la enseñanza cristiana de la época, cuando leyó estos versos la revelación de Dios le abrió un panorama grandioso que lo llevó a otro nivel de fe.
En sus 95 tesis que clavó en la puerta de la iglesia del castillo de Wittenberg, afirmaba que la salvación no se obtenía por medio de las obras o las indulgencias, sino solamente por la fe en Jesucristo.
Esa declaración desencadenó la Reforma Protestante y llevó a Lutero a ser perseguido y amenazado de muerte.
¿No te parece extraordinario este mensaje que ha perdurado a través de los siglos?
Y lo tienes en tu mano, delante de tus ojos.
Puede meditarlo, pensarlo, compartirlo; es el mejor regalo que puedes recibir y que puedes dar.
En esta carta se encuentra la única fórmula para vivir una buena vida. Te invito a leer o escuchar y meditar cada día.
Entonces Pablo, fijando la vista en el Sanedrín, dijo: —Hermanos, yo he vivido delante de Dios con toda buena conciencia hasta el día de hoy.
Hechos cap. 23:1
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La conciencia no es ese ángel/diablo posado encima de los hombros y susurrando sugerencias de conducta.
La conciencia es personal y cada ser humano puede minimizarla o darle el lugar que corresponde en su vida cotidiana.
¿Existe una conciencia natural o es un producto social para refrenar las pasiones?
Mucho se ha filosofado sobre eso.
Si nos remitimos al inicio del Génesis podremos reflexionar que Adán y Eva adquirieron este sentido del bien y del mal cuando comieron del fruto prohibido.
"Y Dios el Señor dijo: «Ahora el hombre es como uno de nosotros, pues conoce el bien y el mal"
Génesis 3:22
El escritor del libro a los Hebreos lo explica un poco más:
"El que se alimenta con leche todavía es un bebé y no sabe cómo reconocer el bien.
La comida sólida es para los que han crecido espiritualmente y para aquellos que por la práctica han aprendido la diferencia entre lo bueno y lo malo."
Hebreos 5:13-14 PDT
Vivir con una buena conciencia permite dormir en paz. Y eso es fundamental en los tiempos actuales.
Cuando regresamos al barco al final de esa semana, toda la congregación, incluidos las mujeres y los niños, salieron de la ciudad y nos acompañaron a la orilla del mar.
Allí nos arrodillamos, oramos y nos despedimos.
Luego abordamos el barco y ellos volvieron a casa.
Hechos 21:4-6 NTV
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No me gustan las despedidas largas.
Tienen ese aire de tristeza y de pérdida por la incertidumbre de no saber si los seres queridos se volverán a encontrar.
Esta es una despedida como deberían ser todas, sin prisa y con oración.
Toda la congregación unida camina hacia la playa.
Ver el barco alejarse desde tierra, ver desde el barco como se alejan regreso a casa me produce una serie de preguntas.
¿Qué oraron en aquella playa?
El cronista Lucas no nos muestra la intimidad.
¿Lloraron?
¿Dieron gracias?
¿Los encomendaron a la protección del Señor?
Pienso que todos hemos pasado por esa playa, una estación de tren, un aeropuerto, un terminal de buses. El que se queda alza la mano con la esperanza de volver a encontrarse con ese ser querido.
La vida es una constante pérdida.
Dios crea una renovación de aquello que nos abandona o se nos escapa; para llenar algo hay que vaciarlo.
Aprender a despedirse sin pena es una tarea pendiente.
Los de Berea tenían una mentalidad más abierta que los de Tesalónica y escucharon con entusiasmo el mensaje de Pablo. Día tras día examinaban las Escrituras para ver si Pablo y Silas enseñaban la verdad.
Hechos 17:11 NTV
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Todos los días somos bombardeados con noticias.
En general los medios destacan los desastres aunque hay más bondad y buenas acciones porcentualmente en el mundo.
Y dentro de todos los mensajes que recibimos, las fake news también toman posición.
Tanto que confunden y llegamos a dudar de la veracidad de algunas situaciones.
Los bereanos escucharon el evangelio y les pareció una buena noticia, pero aun así investigaron en sus biblias ( A.T), buscaron la verdad de lo que se les decía.
Descubrir la verdad en Las Escrituras es lo mejor que te podría pasar.
Es un hecho que, por la voluntad de Dios, David sirvió a su generación y, cuando murió, se fue a reunir con sus padres; pero su cuerpo se corrompió.
Sin embargo, el cuerpo de Jesús no se corrompió, porque Dios lo resucitó.
Hechos 13:36-37 RVC
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Celebramos la pasada Semana Santa con un pantagruélico surtido de mariscos, viajes al mar Pacífico o un periplo por la zona central, aires cordilleranos y visitas a la familia.
Tres días feriados no se pueden desperdiciar ¿no?
Más allá de las delicias culinarias o los abrazos pospandemia, la resurrección de Cristo nos une con un lazo indisoluble.
Él y solo Él es el motivo de tanto júbilo, tanto festejo, tanta alegría.
Porque Cristo es nuestra vida y nuestra esperanza.
Si celebraste por otra cosa, has perdido el quid de la fiesta.
Pues si Dios les concedió a ellos el mismo don que a nosotros, que hemos creído en el Señor Jesucristo,¿quién soy yo para oponerme a Dios?»
Al oír esto, ellos se callaron y glorificaron a Dios.
Decían: «¡Así que Dios también les ha concedido a los no judíos la oportunidad de arrepentirse para que tengan vida!»
Hechos 11:17-18 RVC
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Qué amplia es la Gracia de Dios.
La Iglesia primitiva se inició en una comunidad israelita circunscrita a Judea; sin embargo el Señor les amplió la perspectiva a una realidad mucho más extensa y diversa.
Toda persona podía -y puede- recibir la buena noticia y disfrutar de la presencia del Espíritu; no solo la bendición era para los judíos sino para todo el mundo.
Dios no discrimina; todo lo contrario, aquel que le busca, se acerca con sinceridad y se arrepiente recibirá su atención.
El versículo más conocido, Juan 3:16 nos lo aclara:
Porque de tal manera amó Dios al mundo, que ha dado a su Hijo unigénito, para que todo aquel que en él cree, no se pierda, mas tenga vida eterna.
La vida devota de oración no está reñida con la ayuda a las personas que necesitan un donativo, una limosna, una ofrenda de amor en "contante y sonante".
Más aún, el Señor asegura: : "den y se les dará" (Lucas 6:38)
En el acto de dar hay una triple alegría, el dador, el que recibe y Dios que la mira como una ofrenda para Él. Tanto es así que a Cornelio le envió un ángel para guiarlo hacia la buena noticia del evangelio.
No te restes de dar.
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En contexto:
Leí esta historia:
“Un hombre pobre llegó un día donde Michael Feneberg, un ministro de Baviera. Necesitaba tres coronas, para poder terminar su viaje. Era todo lo que Feneberg tenía, pero como el viajero se los pidió en el nombre de Jesús, se los donó.
Al poco tiempo Feneberg se encontró en una necesidad externa, y al no ver forma de alivio, oró:
"Señor, te presté tres coronas; aún no me las has devuelto, y sabes cuánto las necesito. Señor, te ruego que me las des de nuevo."
El mismo día llegó un mensajero con una carta, en el interior venía unos ciento cincuenta dólares.
Y así la iglesia disfrutó de un período de paz y crecimiento en las regiones de Judea, Galilea y Samaria. Los discípulos vivían en profunda reverencia por el Señor, experimentaban el fuerte consuelo del Espíritu Santo y su número aumentaba.
Hechos 9: 31 (The Voice)
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Después de un período de turbulencia, el Señor aquietó los ánimos con la transformación frontal del peor perseguidor, Saulo.
De perseguidor a perseguido.
Su regreso a Tarso significó un cambio radical en el ambiente abriendo una libertad inusitada.
Una persona con poder político o religioso (o de otra índole) puede influir para bien o para mal en toda una comunidad.
Ruego por esta ciudad, que la paz dé crecimiento a su Iglesia en Chile para beneficio y consuelo de cada habitante.
Cuando Felipe se acercó y lo oyó leer al profeta Isaías, le preguntó:
«¿Entiendes lo que lees?»
El etíope le respondió: «¿Y cómo voy a entender, si nadie me enseña?»
Hechos 8:29-31
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La gracia y el placer de la lectura consisten en entender el texto, o, por lo menos, acercarse a lo que el escritor quiso decir.
¿Cómo se puede mejorar nuestra capacidad de comprensión?
Es necesaria la perseverancia cotidiana en un texto, (hoy meditamos en el capítulo 8 del libro de Los Hechos), un análisis lento de lo que se dice y, tal vez, escuchar un audio que nos lo aclare.
Al fin de cuentas todos internalizamos las palabras de forma diferente.
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La noticia del día:
Cerezos en flor en Seúl, Corea. Fotografía de El Confidencial
Luego cayó de rodillas y gritó con todas sus fuerzas:
«Señor, no los castigues por este pecado que cometen conmigo.»
Libro de Hechos 7:59-60 TLA
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La historia -nuestra historia- está teñida de sangre.
Los seres humanos han desarrollado incontables formas, cuál de todas más sofisticada, para matar y destruir, no solo la vida sino todo aquello que sea un obstáculo para sus desmedidos deseos.
Una cruz, una hoguera, piedras, AR-15, bombas y un variado arsenal de odio.
¿Cómo llegamos hasta estos extremos?
¡Dios nos perdone!.
¡Dios nos ayude a regresar a sus leyes de paz y justicia!
Oro por eso.
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Te animo a escuchar el capítulo 7 del libro de Hechos, versión Traducción Lenguaje Actual (TLA)
Te animo a leer y escuchar el Evangelio de Marcos por tu propia cuenta.
Dios te dé un buen oído y la pasión por las Sagradas Escrituras que te elevarán a otro nivel de comprensión de la vida, de la realidad y del privilegio de una nueva oportunidad.