hace complementos para vender al por mayor;
su belleza interior le da fuerzas y dignidad,
sonríe sin temor cuando piensa en el futuro.
Proverbios 31:24-25 (paráfrasis)
Admiro a las emprendedoras.
Conozco varias que en los tiempos del covid-19 surgieron con ímpetu y levantaron pymes familiares.
En el mundo laboral hay personas que prefieren un trabajo apatronado con un sueldo y horario estable, sin demasiados altibajos.
Otros prefieren la flexibilidad laboral, el trabajo por cuenta propia, aunque no siempre tengan una remuneración estable.
Los menos ni estudian ni trabajan, (como decía mi madre “de todo hay en la viña del Señor").
La mujer que nos describe Lemuel es emprendedora total.
Como las que conocemos.
He pedido algunos consejos para este post.
La pregunta fue ¿cómo iniciaste tu emprendimiento y cómo te ha resultado?
Les presento la historia de R.G.
“Mí emprendimiento lo inicié estudiando.
Cuando terminé empecé a trabajar en lo había estudiado y así fui creciendo en mí trabajo; día a día cosiendo hasta altas horas de la noche a fin de comprar máquinas más modernas y así entregar un trabajo de excelencia a mis clientes, buena terminación por dentro y por fuera en el tiempo justo.
Lo que estudié me gusta mucho.
Con la ayuda de Dios he ampliado la producción, ahora tengo un taller más completo.
En esta temporada postulé al Fosis y obtuve una máquina Overlock nueva.
Con el trabajo independiente pude sacar adelante a mis hijos y darles estudios superiores.”
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