por el mismo que creó el cielo, la tierra y el mar, y todo lo que hay en ellos, dijo:
«¡Se acabó el tiempo!”
Apocalipsis 10:5-6 RCV.
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Tiempo
DLE. lat. tempus.
1. Duración de las cosas sujetas a mudanza.
2. Magnitud física que permite ordenar la secuencia de los sucesos, estableciendo un pasado, un presente y un futuro, y cuya unidad en el sistema internacional es el segundo.
3. Parte de la secuencia de los sucesos.
4. Época durante la cual vive alguien o sucede algo.
5. estación (‖ cada una de las cuatro partes del año).
6. edad (‖ tiempo vivido).
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“No tengo tiempo”, dice una amiga cuando le pregunto si puede conectarse a Zoom para una charla.
Secretaria de un empresario, largas distancias para llegar al barrio alto le consumen las horas. “Escucho música o leo en el Metro”, dice.
De alguna u otra forma hay que optimizar las horas.
Pareciera que la sociedad desea recuperar ese año de confinamiento como sea; supermercados repletos, malls atiborrados de paseantes, barrios comerciales saturados, parques…en fin, todo mundo abandona su hogar para recuperar…nadie sabe qué.
Porque si de tiempo se trata, el 2021 recluido ya se perdió en la lejanía del pasado.
No somos la primera generación que vive un paréntesis existencial.
“Los griegos creían que el tiempo tenía una estructura secreta. Hubo el momento de la Epifanía cuando el tiempo se abrió de repente y algo se reveló con una claridad luminosa.
Hubo el momento de krisis cuando el tiempo se enredó y las direcciones se volvieron confusas y contradictorias.
También estaba el momento de kairós: este era el momento propicio.
El tiempo se abrió en bondad y promesa. Todas las energías se unieron para ofrecer una ocasión fecunda de iniciativa, creatividad y promesa.
Parte del arte de vivir sabiamente es aprender a reconocer y atender esas profundas aperturas en la vida de uno.”
John O'Donohue
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En contexto: Todo tiene un momento oportuno