Un asesino será perseguido por la culpa
hasta que muera;
tiene sus manos manchadas de sangre,
pocas esperanzas le quedan que alguien lo apoye.
Proverbios 28:17 (paráfrasis)
¿Qué motivos llevan a una persona a matar a otro ser humano?
¿Se puede predecir y por lo tanto reducir el comportamiento criminal?
¿Cómo vivió Caín después de asesinar a su hermano?
¿Cómo eran sus noches pensando que tenía las manos con sangre?
Los psicólogos, psiquiatras y neurocientíficos han estudiado la mente humana, en especial las psicopatías que alteran los comportamientos.
Aún no hay estudios concluyentes que ayuden a prevenir, sin embargo el Señor nos da indicaciones claras a través de toda su Palabra acerca de los delitos cruentos.
Este proverbio nos muestra una persona acosada por la tragedia y la culpa que le acompañará hasta el final de sus días.
La pregunta es si la Gracia de Dios puede alcanzar a un asesino con el perdón y la paz del alma.
“ La justicia viene por medio de la fe. Pero ahora, aparte de la ley, se ha manifestado la justicia de Dios, y de ello dan testimonio la ley y los profetas.
La justicia de Dios, por medio de la fe en Jesucristo, es para todos los que creen en él.
Pues no hay diferencia alguna, por cuanto todos pecaron y están destituidos de la gloria de Dios; pero son justificados gratuitamente por su gracia, mediante la redención que proveyó Cristo Jesús, a quien Dios puso como sacrificio de expiación por medio de la fe en su sangre.
Esto lo hizo Dios para manifestar su justicia, pues en su paciencia ha pasado por alto los pecados pasados, para manifestar su justicia en este tiempo, a fin de que él sea el justo y, al mismo tiempo, el que justifica al que tiene fe en Jesús.” (Romanos 3:19-26 RVC)
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