Mientras más alto creas estar mayor será el golpe a tu ego:
comprender tu fragilidad de ser humano
es mejor que ganar
muchas riquezas en batallas.
Proverbios 16:18-19 (paráfrasis)
El orgullo está sobre valorado.
Basado en la premisa de la superioridad –moral-económica- estética-autoritaria-intelectual-, que alguien (o un colectivo) asume per se, la persona lo confunde con el éxito socialmente aceptable.
Mientras más ostentación (se cree), más aceptación social.
Un auto de lujo, una casa en barrio top,
una app de tu autoría que se cotice en millones y un gran etcétera, todo vale.
Una pausa para pensar.
Si lo piensas objetivamente ¿qué tienes que no hayas recibido?
Eres producto de lo que Dios, en primera instancia, te ha permitido ser y tener.
"¿Quién ha dicho que tú eres mejor que los demás?
Todo lo que tienes, Dios te lo ha dado.
Entonces, ¿por qué presumes como si lo hubieras conseguido tú mismo?"
( 1 Corintios 4: 7 )
Vi a un hombre que cargaba un
banano repleto de dinero. Lo tocó con orgullo y exclamó “este es mi dios”.
¿Has conocido personas arrogantes?
Sí, nos hemos topado con más de uno. Tal vez hasta hayas sufrido el flagelo de un carácter altanero. No lo recuerdas con agrado. Pues al Señor tampoco le produce simpatía.
En diversas expresiones muestra su desagrado. "La altivez del hombre será abatida, y la soberbia de los
hombres será humillada;" (Isaías 2:17)
Humildad es un vocablo muchas veces mal comprendido.
Escuché a un hombre “gracias a Dios que soy tan humilde”.
Y otro decía “yo, solo doy cuentas a a Dios; a los hombres, nada”.
La humildad se basa en un conocimiento profundo de nuestra propia naturaleza, de saber cuán frágiles somos, un autoconocimiento sin maquillajes ni subterfugios.
No significa pobreza, falta de carácter o servilismo.
Reconocer a Dios en su grandeza.
Reconocer al otro como mi igual, creado a imagen de Dios.
Reconocer mi necesidad de la Gracia para vivir.
Reconocer mi dependencia de los otros.
El Señor Jesucristo caminó en la tierra, humano y transitorio, apenas 33 y medio años; “aprendan de mí que soy manso y humilde”, invitó. Ni obsecuente con los poderosos ni lejano a los de su pueblo. Tuvo amistad con intelectuales y sencillos trabajadores.
Yo soy el camino, la verdad y la vida, nadie viene al Padre sino por mí. Juan 14:6
Para esto he venido, para dar testimonio de la verdad. Juan 18:37
Yo pongo mi vida y la vuelvo a tomar Juan 10:17
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El camino de la humildad tiene sus requisitos:
1.-Aprender a pedir ayuda si es necesaria.
2.-Saber las limitaciones propias.
3.-Admitir con naturalidad lo que se ignora
4.- Reconocer los talentos de otros
5.- Recibir los cumplidos dándole a Dios la gloria.
6.- Aprender a ceder.
7.- Aprender a pedir disculpas.
Bonus: Agradecer, agradecer, agradecer.
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Enero
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del Rally Dakar 2021 entre Bisha y Wadi Ad-Dawasir en Arabia Saudita .Foto: AFP